Las propuestas de seguridad de Robert Silva: «un programa de desarme civil voluntario»

Fuente: El Observador

Para lograr estos objetivos, propone implementar acciones específicas como la creación de un Comando de Seguridad Integral presidido por el presidente de la República, políticas de saturación social para niños y adolescentes en riesgo, y un programa de desarme civil voluntario y focalizado para reducir la presencia de armas de fuego en manos de la población.

A continuación agregamos esta nota que creemos esta relacionada con la propuesta del candidato Robert Silva. Leo, con estupor, una idea para combatir el crimen basada en desarmar la población mediante un plan de canje de armas por bienes de cierto valor.
La idea parece salida de una mente teórica, desconectada de cualquier vestigio de pragmatismo o lógica.
Las armas existentes están tanto en poder de criminales, como de ciudadanos de bien.
No tiene sentido desarmar a estos últimos, que las tienen por protección, deporte, o colección, y que están debidamente registradas y con sus respectivos permisos.
A quienes sí hay que desarmar, es a los criminales. Pero, qué interés podría tener un criminal en entregar sus «herramientas de trabajo», que no están registradas, o fueron robadas?
Tal vez, algún rapiñero opte por entregar un arma obsoleta para luego canjear lo que reciba por otra mejor en el mercado negro.
En suma, la idea es utópica. No funcionaría porque viola los principios de libre mercado de oferta y demanda. Y si a algún iluminado se le ocurriera imponerla en forma coercitiva, el resultado sería totalmente perjudicial.
Como solo se conoce la ubicación de armas registradas, es decir, aquellas en poder de ciudadanos con debida autorización, se desarmaría únicamente a la población no criminal. Esto los dejaría en una posición de indefensión y desventaja respecto a los criminales que seguirían poseyendo sus armas clandestinas.
Esta absurda idea demuestra dos cosas muy preocupantes:
Primero, deja al descubierto que algunos asesores en seguridad son o muy naïves, o muy incompetentes.
Segundo, y más preocupante, algunos candidatos carecen de sentido común para elegir sus asesores.

Juan Carlos Nogueira